Día siete: tarde en Cuzco.

Luego de lo que les comenté en el blog anterior, nos fuimos a almorzar a un restaurante con vista a la espectacular plaza de Cuzco.  Posterior a eso, iniciamos nuestro city tour.  Cuzco tiene una hermosura única.  Se mezcla a la perfección lo indígena y lo colonial.  Pequeñas callejuelas que llevan a diferentes sitios, gentes de muchos países, manifestaciones culturales por doquier.  Partimos por la catedral de Cuzco.  Para todo este sector nos acompañará un guía especializado en el tema.  No sé si les habia Conrado pero por ley un extranjero no puede guiar en Perú.  Así que conocimos a Jorge, un señor encantador, con mucha didáctica que tuvo siempre entusiasmados a los chicos. Dentro de la catedral nos dio una clase de lo que era las diversas formas de construcción de catedrales, como cubrían los ornamentos con oro y plata y una pequeña clase sobre la pureza de los metales.  Nos detalló algunas de las obras pictóricas más importantes de la catedral incluyendo un cuadro enorme de la última cena con elementos andinos.

Al salir de la catedral nos sorprendió algo que no estaba en nuestros planes:  un enorme trueno.  La cuidad se nubló y comenzaron a aparecer algunas gotas que a la larga se transformarían en lluvia.

Nos dirigimos al convento de Santo Domingo, que fue construido sobre uno de los templos incas más importantes: Coricancha, o templo del sol.  Al interior aparecen una cantidad enorme de elementos incaicos, fundamentalmente piedras, que se relacionan con los astros y las estaciones del año.

De ahí tomamos un bus particular y nos dirigimos a las afueras de la cuidad para ver tres importantes centros incas:
 1.- Sacsayhuamán, que era una fortaleza ceremonial y destaca por los enormes bloques de piedra tallada sobre los que está construído.
2.- Quenqo, que era un lugar de sacrificio y de observación astronómica y
3.- Tambomachay o baños del inca, que es una especie de acueducto por donde fluye el agua constantemente desde las entrañas  de la tierra sin descubrirse aún de dónde viene esa agua.

La lluvia en esta etapa desapareció, pero llegó el frío, así que varios decidieron comprar artesanía abrigadora que se vendía en el mismo lugar.  Luego de visitar estos maravillosos sitios arqueológicos nos fuimos a conocer una tienda de ropa con lana de alpaca en donde aprendimos a diferenciar las tres calidades de la lana.

Llegamos a Cuzco a cenar:  Buffet. Estaba de maravillas, no comento mucho más pero había ceviche de trucha... En el lugar había mucha gente de distintos países y nos recibió un concierto de los más tradicionales temas latinoaméricanos.  Luego un grupo de baile nos mostró las diferentes danzas que existen en el Perú con sus trajes típicos.

De vuelta, como a las 21:30 en el hotel les dimos las instrucciones de mañana.  Se viene la parte final y creo que el viaje ha ido subiendo cada ve su nivel.  Cuzco es una ciudad muy preocupada de atender bien al turista y eso se nota.  Mañana viajaremos por el valle sagrado de los Incas para por la tarde llegar a aguas calientes o Machu Picchu pueblo.

Esa fue nuestra tarde de hoy.

Los chicos se vieron mucho más relajados y con ganas.  Yo creo que a medida que sigamos bajando en altura será mejor.  Eso sí, se han comportado excelente.

No sé si les había comentado, pero todas las noches junto a Hernán dedicamos un tiempo para evaluar el día.  Hoy el comentario unánime de ellos señaló que el día estuvo espectacular.  Yo también lo creo así.

Estamos bien en el viaje los 30.

Saludos a todos
Manuel Escalona Vega.